Situada en la orilla izquierda del río Arba de Luesia, a medio camino entre Uncastillo y Biota, se alza esta pequeña villa construida sobre una elevación rocosa.
El origen de la actual Malpica se debe remontar al momento de conquista del norte de las Cinco Villas por los musulmanes, en el siglo X. Su torre defensiva daría cobertura al castillo de Sádaba, en el mantenimiento de la frontera norte musulmana con los territorios cristianos.
Da testimonio de su origen un trozo de paramento del muro que hoy aterraza la iglesia parroquial. De 17,62 m de longitud y una altura de un metro, está conformado por sillares almohadillados típicos de la construcción islámica.
El monumento más destacado es la Iglesia parroquial consagrada a una advocación local, la Virgen del Día y del Sol, popularmente conocida como Diasol. Se tiene constancia de una cofradía que toma el nombre de la patrona del pueblo al menos desde mediados del siglo XVI.
Levantada en lo alto del pueblo, se construyó a finales del siglo XIII siguiendo las normas del románico tardío. Sufrió una ampliación a comienzos del siglo XVII cuando se le añadieron la sacristía y la portada actual. Hoy se accede a través de una escalinata y traspasando una verja de cronología moderna.
Consta de nave única divida en cuatro tramos por medio de arcos fajones y cubierta con bóveda de cañón apuntado. La cabecera acaba en testero recto y se cubre de la misma forma. El exterior está totalmente construido con sillería y en él destacan tres potentes contrafuertes correspondientes a los arcos fajones.
La portada, retranqueada, se sitúa a los pies, en el lado de la epístola. Abre en arco de medio punto coronado por entablamento y frontón triangular. Se conserva la puerta original de madera adornada con herrajes del siglo XVII.
A la torre, de planta cuadrada, se accede desde el interior por medio de escalera de caracol. Consta de tres cuerpos, en el último abren cuatro ocupados por campanas, dos de las cuales son de construcción moderna.
En la parte sur de la iglesia se conserva el espacio del cementerio, elevado con respecto a la calle, al que se accede mediante una escalinata y un arco adovelado de sillería.
En su interior se guardan algunas tallas de Vírgenes de los siglos XVII y XVIII, una pila de agua bendita del siglo XV y, como elemento destacado entre la orfebrería hay una bandeja del siglo XIV de cobre cincelado y repujado con una escena de Adán y Eva presidiendo el centro.
La iglesia fue restaurada en 1974-1977, momento en que la sacristía situada junto a la cabecera paso a su emplazamiento actual. En una restauración posterior, en 1985, se localizó, en uno de los contrafuertes del muro norte, un sillar con inscripción romana. Se trata de una pieza reutilizada.
Fechada en el siglo I d. C, la inscripción es un epitafio sepulcral de un miembro de la destacada familia de los Atilios, Atilio Materno. Esta familia debió pertenecer a la oligarquía de la zona, miembros de las élites municipales, probablemente gracias a la posesión de un gran latifundio con exportación de cereal. Hay un monumento funerario, un mausoleo, de otros miembros en Sádaba.
Se desconoce la procedencia de este sillar si bien algún vecino apunta la posibilidad de que se cogiese de un corral de las cercanías que se encontraba en ruinas. De allí se trasladaría junto con otras piedras para aprovecharlas en la rehabilitación de la iglesia.
Dando un paseo por el pueblo podemos ver casas de los siglos XV y XVI. Se identifican por sus grandes portales dovelados y blasones. Estas casonas indican la existencia de varias familias infanzonas que constituirían, junto con otras del entorno, la pequeña nobleza rural aragonesa. Así queda recogido en los Censos de Infanzones conservados en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza.
Una de las más interesantes es la denominada “Casa Curro”. La fachada es de sillería, tiene una portada adovelada y en la parte superior un hueco que, aunque alterado en su parte baja, conserva su coronación con tracería gótica.
Otra ventana interesante es una monolítica, con abertura de dos vanos de medio punto decorada con una roseta inscrita en círculo. Este tipo de ventana es muy arcaica y recuerda formas propias del siglo X. En Aragón cayeron en desuso hacia 1034 sin embrago en las Cinco Villas se siguieron haciendo durante siglos.
ERMITA DE SANTA ANA
Ubicada en una colina muy cercana al pueblo, la ermita de Santa Ana recuerda en su planta a una construcción románica o incluso más antigua, si bien no posee un estilo arquitectónico definido.
FUENTE DEL DIABLO
Este lugar ha sido objeto de investigaciones dado que la historiografía moderna ha ubicado aquí durante mucho tiempo los restos de una presa o azud de derivación de agua de origen romano. Se decía que desde esta presa se canalizaba el agua para llevarla hasta la ciudad romana de Los Bañales.
Pervive en la tradición oral una leyenda en la que se cuenta la historia de una muchacha que, cansada de tener que desplazarse varios kilómetros desde la ciudad hasta la fuente para recoger agua, hizo un pacto con el diablo. Por este pacto, él le construiría una canalización desde la fuente hasta la ciudad. Debía hacer la obra en una noche, antes de que cantase el gallo y a cambio la niña le entregaría su alma. Cuando el diablo ya estaba a punto de acabar la niña puso delante del gallo una lámpara de manera que este comenzó a cantar dando por finalizada la noche. Así, la niña conservó su alma y el canal que le traía el agua.
En esta leyenda la fuente se sitúa en el lugar donde está la Fuente del Diablo.
Ya D. José Galiay Sarañana, que excavó en el yacimiento arqueológico en los años 40 del siglo pasado, buscó en esta zona el origen de la derivación del agua hacia el acueducto. En su informe aludía a “pequeños puentes para pasos de caminos sobre la conducción y alguna que otra obra de fábrica” vistos en el entorno de esta fuente, así como a una presa. Años después, otros científicos nombran un canal excavado en la roca, también en el entorno de la fuente.
Las últimas investigaciones realizadas descartan la opción de que el agua que abastecía a la ciudad se derivase por una canalización desde del río Arba en este lugar. Una prospección intensiva del trazado considerado como más optimo concluye con una ausencia de restos de indudable origen romano.
Malpica pertenece a Biota desde 1970. El ayuntamiento acondicionó el entorno de la fuente. En la actualidad tiene varios caños de agua bajo nivel del suelo, a los que se accede por unos escalones. Junto a ella hay una construcción moderna que aprovechó la estructura de los antiguos lavaderos municipales para instalar un hogar donde se puede hacer fuego para cocinar a cubierto. El área se ha preparado para ser un lugar de esparcimiento, con mesas, columpios, etc, donde pasar un agradable día al aire libre en la ribera del río Arba.